- Así lo ha manifestado el presidente de CERMI Comunidad de Madrid, Óscar Moral, en su comparecencia de este miércoles en la Asamblea de Madrid
- A petición del grupo parlamentario de Ciudadanos, ha intervenido ante la Comisión de Investigación sobre la situación provocada por la COVID-19 en los centros residenciales de personas mayores de la Comunidad de Madrid y la gestión que hizo el Gobierno Regional de la misma durante los meses de febrero a junio de 2020
(Madrid, 24 de febrero de 2021).- El presidente del Comité de Entidades Representantes de Personas con Discapacidad de la Comunidad de Madrid (CERMI Comunidad de Madrid), Óscar Moral, ha puesto en evidencia la falta de protocolos “muy claros” en cuanto a la derivación y a la atención primaria sanitaria de las personas con discapacidad en los centros residenciales de la Comunidad, durante la situación “tan dramática” vivida durante la pandemia.
Así lo ha manifestado en su comparecencia de este miércoles en la Asamblea de Madrid ante la Comisión de Investigación sobre la situación provocada por la COVID-19 en los centros residenciales de personas mayores de la Comunidad de Madrid y la gestión que hizo el Gobierno Regional de la misma durante los meses de febrero a junio de 2020.
El objetivo de su intervención, a petición del Grupo Parlamentario de Ciudadanos, ha sido informar sobre la situación vivida en los centros para personas con discapacidad durante la pandemia del Covid-19 y plantear propuestas de mejora del modelo residencial para evitar que se repita la situación vivida.
En este sentido, Óscar Moral ha destacado la no existencia de protocolos específicos y la falta de medios personales y materiales de protección, que hubo en un primer momento en los centros residenciales de personas con discapacidad, que tuvieron que abastecerse “gracias a las familias, donaciones, profesionales, voluntariado, etc.”. “La escasez era la nota predominante”, ha recalcado. En este contexto, ha hablado de una “gran incertidumbre” durante este periodo para estas personas, quienes, según ha indicado, “no estaban siendo atendidas como debían”, ya que estos centros “no estaban preparados para atender médicamente a estas personas”.
Tras conocer un protocolo sanitario y evidenciar criterios discriminatorios hacia las personas con discapacidad, Óscar Moral ha señalado que la inquietud de esta situación fue trasladada desde el primer momento por el Comité autonómico a la Consejería de Políticas Sociales, Familias, Infancia y Natalidad de la Comunidad de Madrid, y en especial, a la Dirección General de Atención a Personas con Discapacidad, con quienes mantuvieron 11 encuentros y un contacto permanente, y cuya interlocución ha valorado “muy positivamente”; y a la Direccion General de Coordinación Socio-sanitaria a través de contactos telefónicos. Asimismo, ha manifestado que también se transmitió esta situación, a través de una carta a la Consejería de Sanidad, “que no obtuvo respuesta”. “Queríamos un pronunciamiento claro sobre el tratamiento en igualdad de condiciones a las personas con discapacidad, pero no lo obtuvimos”, ha resaltado.
Por su parte, CERMI Madrid, según ha señalado Óscar Moral, estuvo trabajando en un borrador para modificar este protocolo enfocando la adecuada derivación de las personas con discapacidad, “que no vio la luz”, al tiempo que canalizaron, a través de la Dirección General de Atención a Personas con Discapacidad, 126 consultas por parte del movimiento asociativo de la discapacidad durante el estado de Alarma, y todas fueron contestadas.
Para él, el objetivo es buscar un grado de igualdad en el tratamiento de estas personas, “independientemente de donde uno viva”. “Las residencias no pueden convertirse en hospitales, en ningún caso. La atención primaria y sanitaria debe proporcionarse en el hospital”, ha incidido.
En cuanto al modelo “más adecuado” de atención a las personas con discapacidad en centros residenciales, para no repetir la situación vivida en la pandemia, el presidente de CERMI Madrid ha apostado por lograr la desinstitucionalización en la medida de lo posible, encaminarnos a modelos residenciales con menor número de personas usuarias, tender a un modelo de apoyos para que las personas con discapacidad puedan ser dueñas de su propia vida, y diseñar un modelo de atención socio-sanitaria más personalizado, ya que, según ha expuesto “los centros residenciales de las personas con discapacidad no son hospitales, son sus viviendas”.