- Así lo ha expresado la enviada especial del secretario general sobre Discapacidad y Accesibilidad de Naciones Unidas, Soledad Cisternas, en el sexto webinario del ciclo ‘No estás sola’, de CERMI Mujeres
- Susana Camarero, exsecretaria de Estado de Servicios Sociales e Igualdad, ha reclamado “una vacuna contra la desigualdad”, mientras que la directora de Salud Mental España ha pedido que en la desescalada se debe “respetar los ritmos de cada persona”
(Madrid, 3 de junio de 2020).- La enviada especial del secretario general sobre Discapacidad y Accesibilidad de Naciones Unidas, María Soledad Cisternas, ha exigido este miércoles a los Estados que, en el diseño de las políticas de desescalada y de avance hacia la nueva normalidad, tengan en cuenta a las mujeres y niñas con discapacidad, ya que la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad “sigue vigente y no se suspende por la irrupción de la pandemia”.
Así se ha expresado Soledad Cisternas durante el webinario ’La consideración de la discapacidad y del género en las medidas de desescalada’, el sexto encuentro online del ciclo ‘No estás sola’, una iniciativa de la Fundación CERMI Mujeres (FCM), cuyo objetivo es impulsar el acompañamiento y la participación de las mujeres con discapacidad, madres y cuidadoras durante la pandemia, abordando un asunto diferente cada miércoles a las 16.00 horas. En esta ocasión, el webinario, conducido por la vicepresidenta ejecutiva de la FCM, Ana Peláez Narváez, ha contado con la presencia telemática de más de 200 mujeres de toda España, Latinoamérica, Italia y Bélgica.
“La Convención Internacional de la Discapacidad no es retórica ni literatura, sino que es nuestro escudo para seguir avanzando y exigiendo el cumplimiento de nuestros derechos”, ha declarado Soledad Cisternas, quien ha pedido que los poderes públicos impulsen la participación de las mujeres con discapacidad. “La participación debe ser efectiva, lo que significa que todo el sistema público-político debe ser accesible, incluidos ajustes razonables y apoyos necesarios”, ha remachado.
La enviada especial del secretario general sobre Discapacidad y Accesibilidad de la ONU ha advertido de perjuicios en la salud mental por el confinamiento, así como dificultades en la empleabilidad de las mujeres con discapacidad, para lo que ha pedido medidas de “apoyo económico”. También ha planteado que, en el diseño del regreso a los centros educativos, no se opte por que las personas con discapacidad utilicen, por sistema, medios telemáticos, ya que también “necesitan de la presencia física junto al resto del alumnado”.
Otras claves aportadas por Soledad Cisternas son el impulso del empoderamiento de la población femenina con discapacidad y que participen cada vez más en las organizaciones de mujeres con discapacidad. “Tenemos que concentrar las fuerzas de todas las mujeres participando en las organizaciones de la sociedad civil para que estemos reconocidas en las políticas públicas”, ha sentenciado.
VACUNA CONTRA LA DESIGUALDAD
Por otro lado, Susana Camarero, experta independiente y exsecretaria de Estado de Servicios Sociales e Igualdad, ha manifestado que “necesitamos una vacuna contra la desigualdad, porque siempre somos las mujeres las que nos quedamos en la cuneta”, por lo que ha urgido a que las mujeres con discapacidad estén en el “centro” en la desescalada.
Al mismo tiempo, ha pedido garantizar la atención sanitaria a todas las personas con discapacidad; seguir reforzando la lucha contra la violencia machista, a la que “están más expuestas” las mujeres con discapacidad; combatir contra la brecha digital y contra las barreras de acceso a la justicia, y reforzar las medidas de conciliación familiar.
Para avanzar en esta línea, ha puesto en valor la labor del tercer sector de acción social, “ya que sois los que conocéis realmente las necesidades, y lo estamos viendo ahora en la Comisión para la Reconstrucción”.
“Hay que impedir que en esta crisis las mujeres con discapacidad sean las grandes sacrificadas. Tenemos que construir una sociedad que se centre en la justicia, la igualdad y la inclusión”, ha apostillado Camarero.
Por su parte, Celeste Mariner, directora de Salud Mental España, ha dicho que “se debe tener presente la gran desigualdad de la que partían ya antes de la pandemia las mujeres con discapacidad”, y ha expresado su “preocupación” por las situaciones de violencia que podrían estar sufriendo las mujeres con problemas de salud mental durante el confinamiento.
Eso sí, ha precisado que hay mujeres con discapacidad psicosocial “que han llevado mejor el confinamiento y que lo que temen realmente es la vuelta a la normalidad por las situaciones de discriminación que tienen que afrontar en su día a día”. Por ello, ha asegurado que “es fundamental en la desescalada respetar los ritmos de cada persona” y “caminar juntas, sin presiones”, ya que cada una habrá vivido esta situación de un modo diferente.
PREOCUPACIONES EN LOS TERRITORIOS
Durante el webinario, Montserrat Pallarés, representante de las mujeres con discapacidad del Comité Catalán de Representantes de Personas con Discapacidad (COCARMI), ha lamentado que todavía no existan protocolos para agilizar el avance hacia la normalidad de los servicios para mujeres y niñas con discapacidad. Además, ha advertido de que “en muchas cosas hemos ido tarde durante el confinamiento, aunque se han salvado muchos asuntos por el esfuerzo de las entidades”.
Pallarés ha evidenciado también su preocupación por las situaciones de violencia y ha reivindicado que los servicios de atención a mujeres con discapacidad de todos los ámbitos “deben prepararse” ante un futuro rebrote de la COVID-19.
Mientras, Belén Trianes, trabajadora social de CERMI Extremadura, ha centrado su intervención en las dificultades añadidas que enfrentan las mujeres y niñas con discapacidad y las cuidadoras en la comunidad autónoma, por el factor de dispersión de la población y porque existen todavía localidades sin acceso adecuado a las comunicaciones en entornos rurales, tanto en transportes como en nuevas tecnologías. Igualmente, ha avisado de las “graves consecuencias” de esta pandemia en el empleo de las personas con discapacidad, especialmente en las mujeres.
Por último, se ha analizado cuál es el contexto de las mujeres y niñas con discapacidad en Italia, otro de los países más devastados por la pandemia, con la intervención de Luisa Bosisio, del Consejo Italiano de la Discapacidad.
Esta portavoz ha criticado la insuficiente atención de los poderes públicos a las mujeres y niñas con discapacidad durante la pandemia, labor que, según ha explicado, han realizado las organizaciones de la discapacidad “con muy pocos medios”.
De igual modo, ha mostrado su preocupación por el descenso en el número de llamadas al Teléfono Rosa (equivalente al 016 en España) y ha calificado de “terrible noticia” los datos de mujeres con discapacidad que han muerto en centros residenciales por la pandemia en el país transalpino. “Todavía queda un largo camino por recorrer, pero después de la pandemia solo podemos progresar”, ha concluido esperanzada.